viernes, 29 de mayo de 2015

El impacto de un asteroide destruirá la civilización en septiembre

El cataclismo climático que destruirá la civilización se producirá dentro de algo más de tres meses según los teóricos de la conspiración que predicen, en diversos blogs y websites que el fin de los tiempos se acerca y tendrá lugar entre los días 22 y 28 de septiembre. Muchos son los teóricos de la Biblia que mantienen que ciertos sucesos llevarán al inicio de la «Gran Tribulación» de la que se habla en el Libro del Apocalipsis que llevará al «Armageddon».

Estas teorías, que sólo son seguidas por una minoría de iglesias y grupos, han sido descartadas por los científicos y afortunadamente para la Humanidad, casi todos los asteroides son destruidos por el enorme calor al que se ven sometidos al entrar en la Atmósfera y se descomponen en millones de esquirlas que se queman antes de tocar la tierra. Y, además, la NASA ha hecho de la detección de asteroides su gran prioridad.

Un portavoz de la NASA ha afirmado que no tienen conocimiento de «ningún asteroide o cometa en la trayectoria de la Tierra», por lo que las probabilidades de un choque es mínimo. «De hecho, -explica- y hasta donde sabemos, ningún objeto de grandes dimensiones es probable que choque contra la Tierra en los próximos cientos de años». Este organismo trabaja en desarrollar estrategias que ayuden a identificar asteroides que pudieran suponer un riesgo para nuestro planeta así como en elaborar sistemas de defensa ante tal situación.

Sin embargo, esto no ha conseguido frenar las teorías de la Conspiración que creen que un suceso natural provocará una catástrofe climática y los eventos llevarán al surgimiento del Nuevo Orden Mundial que proclaman los Illuminati. Muchos creen que ese suceso será un asteroide, del que los políticos ya están informados pero que esconden a la población.

jueves, 28 de mayo de 2015

La niña que verá crecer su nariz gracias a una impresora 3D

Tessa Evans nació sin nariz. Sus padres irlandeses sabían que la niña venía al mundo con esa malformación congénita, conocida como arrinia y extremadamente rara (47 casos conocidos en el mundo). Durante dos años, Nathan y Garinne Evans han tenido tiempo para convertir el trauma en esperanza, y en hacer partícipes a todo el mundo gracias a la complicidad de sus médicos y de la comunidad de las impresoras en 3-D...

En vez de inclinarse por las terapias de reconstrucción hasta ahora conocidas, que dejan imborrables cicatrices faciales, el doctor Jonathan Britto -del Great Ormond Street Hospital de Londres- propuso a los padres de Tessa una solución audaz y sólo posible gracias a las nuevas tecnologías.

Usando un modelo en tres dimensiones del cráneo de la niña, los médicos han sido capaces de "diseñar" un implante a la medida (fabricado también con una impresora en 3-D) que hace las veces de incipiente nariz y que será sustituido con el tiempo por otros implantes adaptados al rostro de la niña según vaya creciendo.

A diferencia de otros métodos usados hasta la fecha, el implante se le introduce debajo de la piel desde una incisión en el cuero cabelludo, de modo que no deja cicatrices en el rostro. Cuando llegue la hora de cambiar el implante por otro mayor, se abre la incisión, como si fuera un sobre, y así hasta llegar a la prótesis de la nariz definitiva que la niña tendrá en su adolescencia.

"La nariz no tendrá su función natural como vía respiratoria, pero al menos dará un buen resultado estético", ha explicado el doctor Britto. "Con el nuevo método, y tras un nuevo implante en cada edad de crecimiento, habremos logrado la expansión del tejido. Los orificios nasales no serán reales sino tatuados, pero la apariencia será la de una nariz normal".

Nada más nacer, Tessa Evans pasó cinco semanas entubada. Tuvieron que practicarle una traqueotomía para que pudiera respirar sin dificultad y se alimentaba mayormente de sueros. "Los médicos tuvieron que estabilizarla para que pudiera respirar por sí misma y entonces fue cuando me permitieron tenerla por primera vez en brazos", recuerda la madre, Grainne Evans, que aún no ha podido olvidar la desesperación de aquellos momentos, cuando dudaban incluso si la niña sobreviviría.

Pero con el tiempo Tessa aprendió a respirar por la boca, ha tenido una vida bastante saludable y no ha echado en falta la nariz más que a la hora de mirarse en el espejo (tampoco ha desarrollado obviamente el sentido del olfato).

"Es una niña angelical y te enamoras de ella en cuanto estás a su lado", aseguran sus padres, que tienen otros dos hijos, niño y niña. "Tessa sonríe como la que más y juega con ellos a todas las horas, como si no fuera consciente de su condición".

Al poco de nacer la niña, sus padres se enfrentaron sin embargo al dilema de "hacer algo cuanto antes" para que Tessa pueda llevar una vida normal en el futuro y no tenga que arrastrar el trauma físico y psicológico. La pareja de Maghera, Irlanda, decidió entonces ponerse en manos del doctor Britto para probar el tratamiento novedoso y dotar a su hija del primer implante para dotarla de una mínima nariz que ha servido, entre otras cosas, para acentuar su sonrisa natural.

"En el pasado, todos los intentos de reconstruir una nariz han dejado cicatrices en el rostro", advierte el doctor Britto. "Con este método, vamos a poder evitar los efectos más negativos. Es una alternativa realmente emocionante, teniendo en cuenta además que la niña podrá beneficiarse en la próxima década de todos los avances tecnológicos que se produzcan con las impresoras en 3-D, que están revolucionando el campo de las prótesis".

Sin las impresoras en 3-D, que ya han permitido la creación de manos y brazos "artificiales", el trabajo habría sido mucho más difícil, según el doctor Britto, que podrá seguir trabajando en nuevos implantes a la medida hasta que llegue el momento de dotar a Tessa con su nariz definitiva.

viernes, 22 de mayo de 2015

La microbiota intestinal puede determinar la eficacia de las vacunas



Desde la introducción de las vacunas frente al rotavirus en 2006, se ha reducido notablemente la mortalidad y morbilidad en lactantes y niños pequeños a causa de este microorganismo. (En España, si bien la vacunación está recomendada, no se incluye entre las vacunas sistemáticas.) El virus, que causa diarrea grave y deshidratación, todavía mata a más de 450.000 niños cada año en todo el mundo, en gran parte de Asia y África, ya que la vacuna no siempre resulta eficaz. Vanessa Harris, de la Universidad de Ámsterdam, se propuso averiguar por qué esas regiones presentan un elevado porcentaje de lactantes que no responden a las vacunas. Pensó que podría hallar la clave en los microorganismos que residen en el intestino grueso de los niños.

Harris y sus colaboradores realizaron un estudio con 66 niños pakistaníes y otros tantos niños holandeses (grupo de control) a los que se administró la vacuna contra el rotavirus oral. La mayoría de los sujetos holandeses exhibió la respuesta inmunitaria esperada, mientras que solo lo hizo el 10 por ciento de los pakistaníes. Un análisis genético de las muestras de heces obtenidas de cada niño antes de recibir la vacuna reveló una mayor diversidad microbiana en el tracto intestinal de los niños que respondían a la vacuna. Estos también albergaban un mayor número de microorganismos del grupo de proteobacterias.

Muchas proteobacterias se impulsan a sí mismas con la ayuda de un apéndice similar a los flagelos. Estos contienen flagelina, una proteína que se sabe que refuerza la actividad de las células inmunitarias. La abundancia de este tipo de bacterias podría actuar como un refuerzo de la inmunidad natural y, por tanto, también de las vacunas administradas, comenta Bali Pulendran, inmunólogo de la facultad de medicina de la Universidad de Emory, quien no participó en el estudio. Este se presentó el pasado marzo en un simposio de Keystone, en Colorado.

El año pasado, Pulendran y sus colaboradores demostraron la importancia de las bacterias flageladas en la eficacia de la vacuna contra la gripe. Observaron que los ratones que vivían en un ambiente estéril y carecían de bacterias intestinales, así como los que solo eran inoculados con bacterias no flageladas, no lograban generar anticuerpos tras recibir la vacuna, lo que la hacía inútil. En cambio, los ratones normales y los que habían sido inoculados solo con bacterias flageladas presentaron la fuerte actividad inmunitaria típica. Un pequeño estudio con humanos llevado a cabo por el equipo pronto revelará si aparece la misma pauta entre las personas que han recibido tres tipos diferentes de antibióticos de amplio espectro.

Otros factores microbianos podrían influir en la respuesta inmunitaria. Estudios publicados en 2014 en la revista Pediatrics demostraron que la distinta composición de la microbiota intestinal en los lactantes de Bangladesh se correlacionaba con la reacción a las vacunas del tétanos, de la tuberculosis y de la polio oral. En conjunto, estas líneas de investigación indican que las bacterias nativas de nuestro organismo pueden ayudarnos a determinar nuestra respuesta inmunitaria a las distintas vacunas. Queda por ver ahora si tales resultados llevarán a la recomendación del análisis sistemático del microbioma o a la administración de suplementos probióticos antes de la vacunación.

Aun así, un conocimiento más profundo de todos los microorganismos que viven en nuestro interior podría ayudar a los científicos a aumentar de modo notable la eficacia de las vacunas, un avance que podría salvar miles de vidas.

Fuente: Katherine Harmon / Scientific American

viernes, 15 de mayo de 2015

Crean una neuroimagen en 3D del tronco encefálico y el tálamo



Objetivo: conseguir que los neurocirujanos se guien mejor por el interior del encéfalo durante las intervenciones de la enfermedad del Parkinson a través de la estimulación cerebral profunda. Con ese fin, investigadores de la Universidad Duke han creado un modelo de neuroimagen en 3D del tronco encefálico y el tálamo.

«Mediante la técnica de imagen por resonancia magnética convencional que se utiliza en cirugía hasta ahora, el tálamo parece una masa gris de la que solo se consigue ver los bordes», indica Nandan Lad, de la Universidad Duke y uno de los autores del estudio. «Con este mapa somos capaces de ver el tálamo y los circuitos subyacente en los que intervenimos», añade.

Imágenes de ultra-alta resolución

Se sabe que los efectos de la estimulación cerebral profunda para el tratamiento de los temblores típicos del párkinson se hallan relacionados, en parte, con la modulación del tracto dentatorubrotalámico, una vía de materia blanca que conecta el cerebelo, el núcleo rojo y el núcleo ventral intermedio del tálamo. Esa intervención requiere una visión de la anatomía cerebral profunda y de la conectividad estructural precisa, señalan los autores. «Este mapa puede ayudar a encontrar la diana óptima desde el inicio y favorecer, con ello, una cirugía más segura», apunta Lad.

Para obtener la neuroimagen, los investigadores escanearon el tronco encefálico post mórtem de un donante sano mediante un sistema de imagen de resonancia magnética de ultra-alta resolución. A partir de esos registros, elaboraron un modelo 3D que puede adaptarse al tamaño del cerebro de cada paciente a través de un alto cluster de computación de rendimiento. Los investigadores utilizaron el modelo tridimensional para conocer la colocación idónea de los electrodos en 12 pacientes con párkinson que ya habían sido tratados mediante estimulación cerebral profunda. El modelo informático de predicción y la colocación de electrodos resultó exitosa en 22 de 24 electrodos, señala el estudio.

Los investigadores tienen previsto elaborar imágenes de ultra-alta resolución de otros circuitos cerebrales alojados en el tronco encefálico y en la médula espinal con el fin de contribuir al desarrollo de tratamientos para trastornos como el alzhéimer, la depresión y el dolor neuropático. «A medida que avance el tiempo, las imágenes irán mejorando», afirma Lad.