Para llegar a estos resultados, los científicos realizaron un experimento con nuestros parientes evolutivos más cercanos dentro del entorno del Santuario de Chimpancés Tchimpounga del Instituto Jane Goodallen la República del Congo (África) para comprobar si los chimpancés salvajes serían capaces de tener la capacidad cognitiva necesaria para cocinar como un ser humano.
Así, demostraron que los primates preferían antes una batata cocinada que una cruda, evidenciando que no les importaba esperar unos minutos hasta que el alimento estuviese cocinado, con tal de comérselo como más les gustaba.
Además de esta preferencia por la comida cocinada, los investigadores descubrieron que los chimpancés también comprendían la transformación de los alimentos crudos a cocidos. En el experimento, dispusieron delante de los primates dos dispositivos: uno para cocer los alimentos y otro de control que dejaba la comida cruda. Al dejar a los primates elegir cuál de ellos preferían para obtener su comida, todos ellos optaron por el dispositivo que cocinaba el alimento.
Por último, en la fase del experimento relativa a la capacidad para cocinar, tras entregar a los chimpancés batatas crudas y el dispositivo para cocinar, dejaron solos a los chimpancés para ver qué ocurría. Al año siguiente, los científicos volvieron al santuario de chimpancés y realizaron un nuevo experimento entregándoles alimentos crudos, trozos de madera y el dispositivo de cocción, esta vez colocado a cuatro metros de distancia de los alimentos. El resultado fue palpable: los primates introdujeron los alimentos crudos en el dispositivo de cocción pero no los trozos de maderay esperaron tres minutos para coger los alimentos ya cocinados. Además, otra de las conclusiones más significativas fue que aunque tuvieran delante el dispositivo para cocinar, algunos guardaron los trozos de alimento crudo para cocinarlos más tarde, lo que evidencia su capacidad para planificar el futuro.
“Si nuestro pariente evolutivo más cercano posee estas habilidades, sugiere que una vez que los primeros seres humanos fueron capaces de utilizar y controlar el fuego también podrían utilizarlo para cocinar”, explica Felix Warneken, coautor del estudio.
Además de esta preferencia por la comida cocinada, los investigadores descubrieron que los chimpancés también comprendían la transformación de los alimentos crudos a cocidos. En el experimento, dispusieron delante de los primates dos dispositivos: uno para cocer los alimentos y otro de control que dejaba la comida cruda. Al dejar a los primates elegir cuál de ellos preferían para obtener su comida, todos ellos optaron por el dispositivo que cocinaba el alimento.
Por último, en la fase del experimento relativa a la capacidad para cocinar, tras entregar a los chimpancés batatas crudas y el dispositivo para cocinar, dejaron solos a los chimpancés para ver qué ocurría. Al año siguiente, los científicos volvieron al santuario de chimpancés y realizaron un nuevo experimento entregándoles alimentos crudos, trozos de madera y el dispositivo de cocción, esta vez colocado a cuatro metros de distancia de los alimentos. El resultado fue palpable: los primates introdujeron los alimentos crudos en el dispositivo de cocción pero no los trozos de maderay esperaron tres minutos para coger los alimentos ya cocinados. Además, otra de las conclusiones más significativas fue que aunque tuvieran delante el dispositivo para cocinar, algunos guardaron los trozos de alimento crudo para cocinarlos más tarde, lo que evidencia su capacidad para planificar el futuro.
“Si nuestro pariente evolutivo más cercano posee estas habilidades, sugiere que una vez que los primeros seres humanos fueron capaces de utilizar y controlar el fuego también podrían utilizarlo para cocinar”, explica Felix Warneken, coautor del estudio.